A 7 años, ésta es la historia de la masacre de Sucumbíos... Parte III

LA MASACRE DE SUCUMBÍOS Y EL INICIO DE NUESTRA LUCHA…

PARTE III


¿CÓMO SURGE LA ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS?

Los Padres y Familiares de los jóvenes mexicanos asesinados en Sucumbíos nos enteramos paulatinamente por medio de la prensa en México de que ellos se encontraban entre las víctimas del ataque. El gobierno mexicano jamás se comunicó con nosotros para notificarnos de esa noticia, pese a que tuvieron conocimiento de ello como mínimo desde el 2 de marzo, por el contrario, cuando cada una de las familias, al enterarse de la noticia acudía a las instancias correspondientes, la respuesta siempre fue la misma: “no es versión oficial, sólo son notas de prensa”. Ante la nula respuesta e incertidumbre, cada familia con sus propios recursos viajó a Ecuador para saber que ocurría con sus seres queridos.

Poco a poco las familias nos fuimos trasladando a la ciudad de Quito, los primeros en llegar fueron los padres de Lucía que de inmediato se trasladaron al Hospital Militar de Quito para poder atender a Lucía, quien tenía graves lesiones producto del bombardeo. Los padres de Juan fueron los segundos en llegar, la familia de Verónica llegó unos días después, luego la de Fernando y al último fuer la familia de Soren todos con el dolor por lo que anunciaban las notas de prensa, pero aún con la esperanza de que eso no fuera verdad. Ninguno de los padres nos conocíamos pese a que nuestros cinco hijos eran amigos de tiempo atrás, sabíamos de su amistad más no nos conocíamos, ahí, poco a poco las noticias se fueron corroborando, el dolor nos invadió, nuestros hijos habían sido asesinados por el odio belicista de Uribe Vélez y su cadena de mando que ejecutó el 1 de marzo de 2008 la llamada Operación Fénix. Lucía junto con otras dos jóvenes mujeres sobrevivieron al ataque con graves heridas y se encontraban en recuperación después de algunas cirugías para extraer de sus cuerpos las esquirlas producto de las bombas lanzadas en el lugar.



Del dolor tomamos fuerza y comenzamos a levantar la voz para exigir justicia, para que no fuera difamada la memoria de nuestros hijos, que no se mancillara su memoria, para evitar se criminalizara a  Lucía que era pieza clave al ser testigo de todas las violaciones a los derechos humanos que ocurrieron en el ataque. Ella también era la voz que nos narró los últimos momentos que vivieron antes del horror de los dos bombardeos, de las ráfagas de balas, de las amenazas, acoso y hostigamiento del Ejército y Policía colombiana, de cómo los heridos eran ultimados, ella fue la voz que nos contó los últimos instantes que vivieron nuestros hijos.

Mientras los trámites para volver a México con las cenizas de nuestros hijos seguían su curso, decidimos formar la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, Ecuador, que hoy se ha nutrido de amigos y compañeros de lucha y otras organizaciones que han tomado con nosotros la demanda de lograr el castigo de los culpables de la masacre, de luchar por justicia y detener la impunidad que pretenden lograr los asesinos y, que hoy sabemos, poco a poco se les termina.

Volvimos a nuestro país con el corazón destrozado pero con la fortaleza de luchar por ellos, de responder a todas las calumnias, a todas las mentiras, de luchar por todos aquellos jóvenes que estaban criminalizando tan solo por su forma de pensar, por su solidaridad.

Han sido siete años de lucha, de reponernos del dolor aunque sabemos que la ausencia de nuestros hijos no puede ser llenada con nada, hemos tomado el ejemplo de ellos, de esa solidaridad, de esa fraternidad, de esos sueños por un mejor mundo, por lograr la unidad de los pueblos latinoamericanos libres y sin explotación. Siete años en que hemos construido un camino de la mano de muchos compañeros en México, Ecuador, Argentina, Chile, Venezuela, de otros países de nuestra gran patria latinoamericana y de otros, rincones del mundo, compañeros de organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, de derechos humanos, personas solidarias que han estado en este camino y que sin ellos no seríamos posibles, a todos ellos nuestro agradecimiento profundo y eterno, parte de nuestro corazón está y estará con ustedes.

Nuestra lucha sabemos nos es fácil, no es rápida, tardará, hemos caminado por distintas rutas que nos conducen a lograr justicia y el castigo de los asesinados ante cortes internacionales, hemos dado pasos lentos pero certeros y en este año estaremos al pendiente para esperar respuesta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que sea admitido el caso en su instancia y podamos lograr justicia para nuestros hijos, que hoy entendemos se vuelve la justicia para los pueblos de América Latina y de nuestro propio país México, que hoy vive desangrado, que hoy vive el terror de un Estado criminal como el que asesinó a nuestros hijos y que enluta a cientos, miles de familias, por ello también luchamos y seguiremos luchando sin tregua, por Soren, Juan, Fernando, Verónica y Lucía, pero también por nuestro pueblo, a siete años de la masacre de Sucumbíos seguimos caminando por JUSTICIA.


ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS 


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