LA MASACRE DE SUCUMBÍOS; SIETE AÑOS DE IMPUNIDAD Y SIETE AÑOS DE
LUCHA POR JUSTICIA
Hace siete años nosotros
veíamos en la prensa la noticia de un ataque militar del Estado colombiano a un
campamento de la guerrilla colombiana que se ubicaba en territorio de Ecuador,
cerca de la frontera con el Río Putumayo en la región de Sucumbíos. Las
primeras ideas que cruzaron nuestra mente eran de tristeza al ver que la
violencia de un Estado terrorista como el colombiano, teñía de sangre la tierra
latinoamericana, que se prefería la violencia a la negociación política, lejos
estábamos de saber que ese hecho marcaría nuestras vidas para siempre.
Con el transcurrir de los días
de aquél marzo de 2008 fueron llegando poco a poco las noticias, nos enteramos
que entre las sobrevivientes del ataque a Sucumbíos se encontraba una joven
estudiante mexicana, Lucía Morett. Días después anunciaba la prensa escrita en
México el nombre de Juan González del Castillo como una de las personas
asesinadas en el lugar, después, se supo el nombre de Fernando Franco Delgado,
días después de Verónica Velázquez Ramírez y Soren Avilés Ángeles.
El dolor, la incertidumbre, el
temor de muchas personas impregnaba el ambiente de aquellas fechas, nosotros,
cada una de las familias con nuestros propios recursos viajamos a Ecuador con
toda la esperanza de que las noticias de la prensa fueran falsas y pudiéramos
aún encontrar a nuestros hijos con vida, aún no dimensionábamos bien la
magnitud del ataque ni de lo que ocurría.
Al llegar a la ciudad de Quito,
fuimos recibidos por compañeros de derechos humanos cuya calidez y valentía nos
acompañó en esos difíciles momentos, corroboramos una a una la muerte de
nuestros hijos. Los padres de los jóvenes mexicanos no nos conocíamos pese a
que nuestros hijos eran amigos de tiempo atrás, sabíamos de su amistad pero no
nos conocíamos hasta ese instante, en que reconocíamos por fotografías los
cuerpos de nuestros seres queridos.
Comenzamos a comprender el
horror que había sido el ataque del 1 de marzo, supimos que entre los
asesinados estaba también un joven civil ecuatoriano de nombre Franklin
Aisalla, supimos también que habían sido asesinados sin posibilidad de
defenderse 20 personas de la guerrilla y que el campamento había sido atacado
en la madrugada porque el objetivo era matar a Raúl Reyes, encargado de la
Comisión Internacional de las FARC-EP. Nos enteramos que nuestros hijos habían
sido invitados a conocer el lugar, a visitar el campamento para acercarse un
poco más a la vida de los guerrilleros, pero también, a uno de los procesos
sociales más importantes que se han vivido en los últimos 60 años en Colombia y
América Latina, sabíamos que nuestros hijos por su gran corazón
latinoamericanista y para poder realizar entrevistas que les servirían para sus
tesis de licenciatura decidieron ir al lugar al pensar que en territorio
ecuatoriano no habría riesgo mayor, jamás imaginaron el odio belicista del
Estado colombiano y su guía estratégica: Estados Unidos, jamás imaginaron que
esa madrugada Álvaro Uribe Vélez (expresidente de Colombia) decidiría apostar a
la sangre y muerte en lugar de apostar a la política y la negociación.
Desde marzo de 2008 conformamos
la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, en un inicio
con las familias de los jóvenes mexicanos, pero que en estos siete años de
camino hemos crecido con amigos de nuestros hijos, con compañeros solidarios,
con organizaciones hermanas de lucha y de defensa de los derechos humanos que
nos acompañan, pero que también han levantado las banderas de justicia y
castigo a los responsables, que luchan con nosotros por detener la impunidad de
este crimen y que también luchamos por evitar se siga criminalizando a los
jóvenes por su pensar, por su actuar, por ser solidarios.
Son siete años de un largo camino,
de reponernos del dolor y llevar a nuestros hijos en el corazón a cada paso, a
cada instante, hemos entendido su profundo amor por América Latina y hoy
nosotros también levantamos el sueño de una Latinoamérica libre, sin
explotación y bajo el ideal de la unidad entre los pueblos. Hemos comprendido
que las actuales condiciones del mundo y en especial de Colombia y México nos
llaman a poner toda nuestra atención en luchar por justicia y contra el
terrorismo de Estado, ya que nuestro país hoy toma el modelo de violencia de
Estado colombiano para criminalizar a sus jóvenes, para asesinar, desaparecer,
torturar, desplazar población, arrebatarles sueños y la vida a en beneficio del
capitalismo y su vorágine rapaz.
A siete años sabemos que
nuestra lucha sigue y seguirá siendo por justicia para nuestros hijos, para
lograr el castigo ante cortes internacionales de los responsables de la masacre
de Sucumbíos que son también responsables de muchos crímenes de lesa humanidad
más, nuestra lucha es por defender la solidaridad de los jóvenes con las luchas
dignas de los pueblos latinoamericanos, nuestra lucha es por defender la vida
de los jóvenes, su derecho a un mundo mejor, libre y en paz, el derecho a
conquistar sus sueños sin que eso implique dejar su vida en el camino.
Hoy alzamos la voz al cumplirse
siete años del asesinato de nuestros hijos, alzamos la voz por los 43 jóvenes
normalistas de Ayotzinapa víctimas de desaparición forzada por el Estado
mexicano, hoy alzamos la voz para denunciar una vez más que el modelo de
violencia de Estado que hoy se vive en México es la copia mejorada del modelo
de violencia de Estado aplicado en Colombia desde hace muchos años y con
consecuencias devastadoras. Hoy alzamos la voz para decir que seguiremos
luchando por justicia para las víctimas de Sucumbíos, que seguiremos siendo
solidarios con otras luchas que levantan las mismas banderas. Hoy también
agradecemos a todas aquellas personas y compañeros que han estado con nosotros
en este camino, a todas las organizaciones políticas, estudiantiles y de
derechos humanos en México, Ecuador, Venezuela, Argentina, Chile, Italia,
Australia y en otros rincones de nuestro mundo.
Hoy seguimos caminando por
justicia y estamos a la espera de la respuesta ante nuestra petición de
admisión del caso Sucumbíos ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, hoy agradecemos al Tribunal Permanente de los Pueblos el fallo
colectivo de condena al Estado mexicano donde el caso Sucumbíos está integrado.
Hoy cumplimos también siete años de lucha, sabemos que faltan algunos más, pero
nosotros seguimos caminando por justicia junto a todos ustedes y esperamos que
día a día en el camino seamos más, les enviamos un cordial, fraterno y
solidario saludo a todos los que han estado, que están y estarán en este
camino.
México, Distrito Federal
a 2 de Marzo del 2015.
¡POR
VERÓNICA, JUAN, FERNANDO, SOREN Y LUCÍA, SEGUIMOS LUCHANDO POR JUSTICIA!