ANTE
LA PAZ Y LA JUSTICIA
Este 23 de junio de 2016, una noticia ha recorrido ampliamente
América Latina y el mundo. El gobierno colombiano y las FARC-EP anuncian en La
Habana, Cuba el cese al fuego bilateral en Colombia.
Con este hecho muchos anuncian el fin de un conflicto armado que
ha durado más de 50 décadas, ya que el tema del conflicto colombiano es
sumamente complejo y no puede remitirse solamente a la existencia misma de la
guerrilla de las FARC-EP quienes cumplen 52 años de existencia. Asimismo las
voces de algarabía que hablan de que la paz ha llegado a Colombia nos invitan a
contagiarnos de esa misma alegría, pero la historia a veces nos ha mostrado que
seamos más reservados.
Ante este anuncio por demás alentador, la Asociación de Padres y
Familiares de las Víctimas de Sucumbíos se suma a la alegría de miles de
personas que ante la posibilidad, no sólo del fin del conflicto sino del arribo
de la paz, hoy salen a festejar.
Todo esfuerzo por la paz es digno de celebrarse, todo trabajo
que conlleve a detener la violencia, los desaparecidos, los desplazamientos de
población, los asesinatos, los encarcelados debe de mirarse con gran esperanza
de paz y futuro.
Pero no debemos vendarnos los ojos con una alegría exacerbada,
ni mucho menos pensar que todo ha sido logrado, somos de los que piensan que a
partir de este momento inicia un gran período de reconstrucción nacional que no
puede pasar por la impunidad, ni la injusticia, no puede haber paz si no se
logra la justicia para las víctimas, pero también justicia en todos los
aspectos de la vida social, política y económica en Colombia y que pongan fin a
una de las violencias más atroces que implementan los poderosos la pobreza y la
marginación.
El construir nuevos caminos en Colombia deben necesariamente
atender a las verdaderas causas que dieron inicio al conflicto, debe de
atenderse el grave problema de la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso a
espacios políticos, debe de ponerse un alto a la impunidad, debe recomponerse
el tejido social y otorgar justicia a quienes la exigen pero del mismo modo
castigo a los responsables que aún hoy día no muestran ningún titubeo en pensar
que la violencia impuesta por tantos años fue su respuesta legítima ante las
demandas de un pueblo con sed de paz y justicia.
La paz siempre será un anuncio de alegría, la justicia es el
primer paso la reconstrucción social, la reparación del daño es reconocer la
magnitud de la violencia que impusieron aquellos que durante años se negaron a
las soluciones políticas, es un día que muestra caminos de esperanza, un día
que muestra que aún hay mucho por recorrer pero que este inicio se dé con las
bases más sólidas en la justicia.
Con esperanza en la paz y el futuro pero con la claridad de la
historia y pasado, estaremos atentos al proceso que sigue el pueblo colombiano
y esperamos que algún día nos sumemos con ellos en la paz y la justicia.
23 de Junio del 2016